Belleza Real
Podremos apreciar nuestro verdadero encanto recién cuando nos demos cuenta de quiénes somos y el valor de nuestra autenticidad. Celebremos nuestra belleza natural, la auténtica.
Cuando pensamos en los ideales de belleza y en cómo creemos que deberíamos ser según esos cánones que parece imponer la sociedad, podemos sentir que nos está faltando algo.
Sin embargo, es fundamental que seamos capaces de reconocer que nacimos con un abanico muy apreciable y querible de recursos. También es importante valorar todos los aspectos y cualidades que nos gustan de nosotros mismos y ser conscientes de cómo los estamos aprovechando y, sobre todo, disfrutando.
Ante la pregunta ¿qué te gusta de ti? es habitual que las personas hagan referencia a su color de ojos o al brillo de su cabello. Pero más bello que el color de los ojos, es la mirada. Y, siguiendo con el ejemplo del cabello, si lo tenemos todo el día despeinado o atado a modo de rodete improvisado, nos estamos privando de lucirlo en toda su gloria.
Por otra parte, si bien es cierto que, así como siempre hay aspectos propios que nos encantan -todos los tenemos; sólo debemos mirarnos de manera honesta y amorosa- también hay otros que no nos gustan tanto. Pero, por favor, no perdamos energía en hacerles la guerra. Seamos prácticos y hagámonos el regalo de pedir apoyo a un asesor de imagen para que nos ayude a vestirlos.
Aprender a convivir con lo que nos disgusta resulta mucho más sencillo si revalorizamos los atributos propios que sí nos agradan. Es en ellos en los que tenemos que enfocarnos a la hora de mirarnos. Si, por ejemplo, nos contenta nuestro rostro, ¡cuidémonos la piel y favorezcamos aún más a ese cutis! Vayamos a favor de lo positivo iluminando esos aspectos.
““¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía… eres tú.”
Gustavo Adolfo Bécquer.
Tengamos en cuenta, sin embargo, que somos más que una barriga o cabello frizado, por citar algunos aspectos que en muchos casos nos tiran para abajo. Lo esencial es cambiar el observados, el lugar desde el cual nos miramos. Podemos encontrar belleza en distintos rincones y espacios de nuestra anatomía. Observémonos con atención y amor, tengamos esto claro a la hora de vestirnos, a la hora de elehir que llevar y cómo equilibrar lo que hago que resalte de lo que estilizo o neutralizo.
El mundo del Asesoramiento de imagen está lleno de estos trucos, porque se trata de pulir y sacarle brillo a la belleza personal contemplando todos los aspectos.
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Hagamos un pacto. No perdamos más tiempo ni energía en darle categoría de problema a los aspectos físicos o estéticos que nos disgusten. A partir ahora, al despertarnos, en lugar de pensar en ponernos una prenda para tapar o esconder nuestro cuerpo, propongámonos elegir una camisa o un vestido, por caso, para lucir el cuello que nos agrada. O vayamos a la barbería para darnos el gusto de exhibir nuestra boca y mentón, entre infinitos ejemplos, siempre buscando potenciar nuestra auténtica belleza y sentirnos mejor.
Recordemos que somos parte de la naturaleza y que, así como los animales o los árboles, tienen una belleza original, sin fallas, aunque son todos distintos y todos bellos a su manera, asi también funciona para las personas.
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