Tu perfume define tu estilo
Cómo afinar el olfato para la elección del perfume ideal
Arte y ciencia al servicio de nuestra imagen. Como la música, las fragancias tienen sus notas. El modo en que éstas combinan con el aroma de nuestra piel es casi mágico. Claves para descubrir cuáles, cuándo y cómo elegir uno entre tantos.
El universo de los perfumes es sumamente vasto. Detrás de cada uno hay expertas narices y perfumistas que maridan esencias y fragancias logrando resultados exquisitos que nos identifican, nos proponen sensaciones, nos estimulan y nos permiten crear recuerdos que no se esfuman fácilmente.
A la belleza la percibimos con los cinco sentidos. Es por eso que, el perfume, es un elemento muy importante que también nos viste, complementa y refuerza el estilo personal. Proyectan, así, una imagen olfativa. Por eso, en el curso de Estilo Personal que brindamos en Maison Aubele, este es un tema que tratamos en profundidad.
Los aromas que llevamos, entonces, hablan de nosotras y así como es importante lograr una coherencia entre lo que somos y lo que comunicamos con nuestra imagen, también es clave que exista en relación armónica entre nuestra identidad y el aroma que transmitimos.
Asimismo, vale la pena considerar que una buena fragancia nos puede aportar sensaciones que nos hacen sentir y nos proyectan como mujeres sensuales, atractivas, empoderadas, dulces o frescas, según preferamos.
“Una mujer debe usar perfume donde desea ser besada”
Coco Chanel.
¿Cómo los elegimos?
Definitivamente no hay que regirse sólo por el aroma que se desprende al destapar un frasco o al presionar un vaporizador. Ni siquiera porque nos guste cómo huele alguien que lo usa habitualmente porque el perfume se fusiona con las características organolépticas de nuestra piel. Es decir, nuestro aroma natural. De esa combinación se obtiene un resultado diferente para cada una. Por eso el perfume nos distingue.
Entonces, para saber si de verdad nos gusta y nos sienta bien, ¡hay que probarlo! Los pasos para elegirla cuando vamos a comprar deberían ser:
- Preseleccionar unos cinco perfumes para olerlos en las clásicas tiras de papel que cumplen con esa función. Démonos unos instantes entre uno y otro para no marearnos con tanta variedad de aromas.
- Elegir no más de tres, los cuales deberíamos aplicar en nuestra piel. Antes de chequear cómo no queda, esperemos unos segundos más para que se asientan. Si no lo hacemos, es probable que nos invada el olor a alcohol.
- Lo ideal es esperar unas horas antes de definirse por uno de esos perfumes (o ninguno). Esto nos permitirá comparar la persistencia de su aroma en nuestro cuerpo.
¿Cuántos perfumes deberíamos tener?
No hacen falta muchos. Con uno sólo basta si nos encanta utilizar a diario el mismo y ser identificadas con él.
Hay quienes eligen dos. Entre ellos, los que prefieren uno para el día y otro para la noche. También los que prefieren uno para otoño-invierno y otro para primavera-verano.
Como el perfume que usamos habla de nosotras, puede que elijamos una fragancia distinta para cada etapa de la vida. Así como muchas podemos llegar a cambiar nuestro look en la peluquería cuando sentimos que se produjeron cambios relevantes en nuestra situación personal -o cuando queremos generarlos-, también es posible que elijamos cambiar de fragancia frente a un nuevo ciclo. En definitiva, los perfumes evocan recuerdos, momentos, personas y lugares.
Consejos prácticos:
- Si vamos a aplicarnos una fragancia, no utilicemos desodorantes perfumados. Obtendremos una combinación de aromas que no favorecerá a esa coherencia olfativa a la que debemos tender.
- Colocar una cantidad prudente. Todo dependerá del perfume. Sin embargo, ante la duda es preferible no correr el riesgo de ser invasivas impregnando todo el ambiente con nuestro aroma. La sutiliza siempre es la clave.
- Aplicarlo en las llamadas zona calientes. Es decir, en las muñecas, los tobillos, la parte opuesta del codo, detrás de las rodillas y de las orejas.
- En lo posible, contemos con un frasco en casa y otro en la cartera para poder retocar a lo largo del día o la noche.
- Guardar en su caja y en lugares secos y frescos a aquellos perfumes que no usemos a diario. Así los conservaremos en buen estado por más tiempo.
- Apliquemos el perfume antes que los accesorios y las joyas porque puede que algunos de los componentes de la fragancia los dañe.
¿Sabías qué…
- Hay perfumes con notas más florales, cítricas, amaderadas, especiadas u orientales y herbáceas, entre otras? Muchas veces nuestro estilo se identifica con una variedad y no con las otras. Descubrirlo es una manera de profundizar en la búsqueda de cuáles son las fragancias más adecuadas para cada una de nosotras. Pero no hay que cerrarse a una sola familia olfativa porque podemos sorprendernos con un perfume que en otro momento de la vida no hubiéramos elegido.
- Además de las fragancias que pueden hallarse en tiendas de ropa, perfumerías y free-shops, también existen perfumes de autor con desarrollos, en general, mas creativos y cuidados. Incluso, casas y laboratorios en los que uno puede crear su propio perfume con la guía de un experto.
- Cada vez hay más perfumes sin género, ya no son pensados únicamente para hombres o mujeres. De hecho, si nuestra nariz es curiosa puede que nos identifiquemos con un perfume en la góndola masculina que sea perfecto para nosotras.
Familias olfativas:
Florales: en este tipo de perfumes predominan aromas a rosas y jazmín. Pero también es habitual que contentan notas de especies como gardenia, fresia, nardo, magnolia y peonía, entre otras.
Frutales: con aromas a frutas maduras, abundan aquellos que huelen a mango, higo, bergamota, melón, pera y manzana. Son frescos por lo que pueden ser alternativas para tener en cuenta en primevera-verano.
Cítricas: se distingue por sus notas frescas y efímeras basadas en limón, naranja, pomelo y mandarina.
Especiadas u orientales: se caracterizan por ser profundos y con personalidad, con ingredientes como vainillia y haba tonka. Puede ser una buena alternativa para la noche.
Amaderados: elegantes y persistentes, contienen notas de sándalo, cedro y vetiver.
Herbáceos: picantes y con carácter, se destacan por estar compuestos por notas de lavanda, albahaca, romero, salvia y comino.
Verdes: son aquellos que evocan al pasto recién cortado, al pino y a las hierbas como la menta.